LA MUSICA DE LA NOCHE
TORMENTA ROJA
Hubo una vez una tormenta… Una tormenta de vientos rojos. Que trajo fuego y acero. Llegó a un bosque y dejo un árbol de pie…
Yo estoy en ese árbol, me llamo Jessa.
Y esta no es mi historia. Es la historia de la tormenta, de la Tormenta Roja… Era blanca y roja, como arena y fuego.
La tormenta llegó de pronto. Si sólo lo hubiese sabido, podría haber huido… o haber envenenado su bebida…
No sé por qué lo hice. Dijeron que me harían daño si no lo hacía.
Aunque los hombres ya me habían hecho daño antes… Creo… que una parte de mi lo quería. La parte de mi que quiere un lugar aquí. La parte de mi que lo reza y lo aclama en los sacrificios.
Dijeron que no pasaría nada. Le quitarían sus cosas y yo tendría su cuchillo. Mi propio cuchillo…
Le dije a un guerrero, “la tormenta esta en su alma”. Pero estaba borracha. La tormenta morirá en ella… y ahora también ella morirá. O eso dijeron ellos. Hablando como hombres de guerra, que saben tales cosas.
Creímos estar en el ojo de la tormenta.
Pero los vientos cambiaron y el ojo desapareció.
El momento de calma había pasado, y ahora sólo quedaba el viento, la tormenta roja, la lluvia roja…
Sonia La Roja.
Ella vio lo que éramos, y nos juzgó. Oh, Dios, nos juzgó. Y no Había ninguna piedad en ella. A pesar de que me dejo vivir, no había piedad en ella…
Mira me dio el cuchillo que me habían prometido. Y me dio mi vida, como si supiera que vivir en este lugar era lo peor que me podía pasar.
Hubo una vez una tormenta…
Una tormenta de vientos rojos. Que trajo fuego y acero.
Llegó a un bosque y dejo un árbol en pie…